Científicamente se denomina Adenum obesum, pertenece a la familia de de las Apocináceas y se le conoce popularmente como Adenio, Adeno o Rosa del desierto. Esta denominación viene (según parece), de Adén, que bien podría designar la región del Golfo del mismo nombre, que da la entrada al Mar Rojo.
Es originaria del sur tropical y subtropical del continente africano y está presente, de forma natural, en países como Sudán, Socotra, Namibia, Zimbawue, Sudáfrica o Yemén.
En su estado natural es un arbusto o un árbol pequeño que puede alcanzar unos tres metros de altura, aunque como planta ornamental se comercializa como pequeña planta para maceta, tipo bonsái, que presenta un aspecto de planta exótica con unas bellas y coloridas flores.
Una de las características peculiares de esta planta el Caudex, o lignotubérculo, (término botánico que describe una forma de la morfología del tallo, en el que aparece como un alargamiento o engrosamiento esferoide, frecuentemente leñoso de la base de su tronco y que su misión es almacenar agua, por lo que puede resistir, muy bien, durante períodos de sequía).
Sus hojas están dispuestas en espiral, son ovaladas y simples, con una apreciable textura coriácea (de textura dura y brillante que se asemeja al cuero), miden, dependiendo del desarrollo de la planta entre 5 y 15 cm. de largo y entre 4 y 8 de ancho, con el nervio central muy visible. Son perennes, aunque se caen cuando la planta sufre de largos períodos de sequía; esta circunstancia se cree que es como medida de defensa. Estos intervalos de tiempo se denominan como reposo vegetativo.
Aunque su ritmo de crecimiento es muy lento, ello la convierte en una planta ideal para tener en maceta durante muchos años, incluso durante toda su vida.
Sin embargo, su cultivo es complicado. Es muy sensible al exceso de agua y al frío, de modo que lograr mantenerla una temporada tras otra no es fácil.
Se distinguen seis subespecies:
La planta cultivada de forma controlada en viveros o en interiores, poco o nada tiene que ver con la que se desarrolla en su hábitat natural, donde la escasez de agua forma parte de su día a día y crece de forma dispersa, mientras que en los viveros se cultivan de forma agrupada y controlada para poder disponer de plantas comerciales a lo largo de todo el año.
El sustrato debe ser turboso, aireado con perlita y con un ph sobre 6,5, ligeramente fertilizado, debe ser especial para evitar el encharcamiento, ya que la planta no requiere de mucha humedad, se debe alternar una ligera sequedad entre un riego y otro, por lo que, dependiendo de la zona, el riego puede espaciarse hasta un mes aproximadamente.
La zona de cultivo debe ser muy soleada y evitando las corrientes de aire. Cuando está en período de desarrollo, se le suelen hacer una o más podas con el fin de conseguir plantas más compactas y de aspecto arbustivo.
Si le tenemos puesto un plato debajo, le retiraremos el agua sobrante a los 15 minutos después de haber regado.
Durante la primavera y el verano debemos proporcionarle abonos minerales, como el Nitrofoska echando una cucharada pequeña cada 15 días, o bien con otros ya preparados para cactus y otras suculentas que encontraremos a la venta en los viveros y tiendas de jardinería. Si optamos por estos últimos, es conveniente seguir las indicaciones especificadas en el envase del producto.
Tenemos que cambiarla de maceta nada más comprarla -en primavera o verano- y de nuevo cada 2 o 3 años. Como su ritmo de crecimiento es lento, no será necesario que la trasplantemos muy a menudo.
Lo primero que haremos es preparar lo que será su nueva maceta. El Adenium es una planta cuyo sistema radicular es más bien pequeño, de modo que es aconsejable usar aquellos recipientes que son más anchos que altos.
Una vez la tengamos, la rellenamos con un poco menos de la mitad con el sustrato que se haya elegido.
Ahora, se extrae la planta de su ”viejo” tiesto con cuidado y la introduciremos en el nuevo.
Luego, comprobaremos cómo queda. La base del tronco ha de estar ligeramente por debajo del borde de la maceta, sólo lo suficiente para que el agua no se sobresalga al regarla. Si vemos que queda muy alta o muy baja, quitaremos o añadiremos sustrato.
Finalmente, terminaremos de rellenar la maceta y la regaremos al día siguiente.
Si queremos obtener nuevos ejemplares de Adenium mediante semillas, tendremos que adquirirlas en primavera o bien en verano. Enseguida que las tengamos, las deberemos de sembrar ya que su periodo de viabilidad es corto.
Lo primero que haremos será preparar el semillero, el cual puede ser bandeja de porexpan a la que le hayamos hecho algunos agujeros para el drenaje, o macetas.
Después, lo rellenaremos con vermiculita (es un mineral formado por silicatos de hierro o magnesio, del grupo de las micas. Su estructura es laminar conteniendo algo de agua. Se extrae sobre todo en los Estados Unidos, Brasil, Zimbabwe, China y Sudáfrica.
Se comercializa habitualmente en forma de cubos de color marrón. Es capaz de retener la humedad y los nutrientes de la planta. Puede contener potasio, calcio, magnesio y amonio necesarios para el cultivo de plantas. Es ligera, fácil de manejar y se mezcla bien con otros ingredientes, como, la turba, la fibra de coco, el humus de lombriz y la perlita), para semilleros y cultivo en macetas, que es un sustrato muy recomendado para semilleros al mantener el grado justo de humedad.
Ahora, colocaremos las semillas de forma que queden unos 2 o 3 cm separadas entre sí.
Luego, las cubriremos con un poco más de vermiculita y con la ayuda de un pulverizador humedeceremos bien el sustrato.
Finalmente, lo colocamos en el exterior a pleno sol, y vamos regando para que no se seque.
Germinarán en 10-15 días a una temperatura de 20-25ºC.
Durante el verano también se puede propagar por esquejes; hacerlo es fácil, tanto que sólo tendremos que seguir estos pasos:
Seleccionaremos un tallo que se vea fuerte y sano.
Luego, con una pequeña sierra de mano previamente desinfectada con alcohol, lo cortaremos.
Después, pondremos pasta cicatrizante en la herida de la planta a la que hemos quitado el tallo.
Ahora, tenemos que dejar que la herida del esqueje se seque durante 10 días poniéndolo en una zona protegida del sol y ventilada. Si tiene hojas, se las quitaremos.
Pasado ese tiempo, lo plantaremos en una maceta con sustrato arenoso y lo mantendremos ligeramente húmedo.
Para tener más probabilidades de éxito podemos impregnar la base del esqueje con hormonas de enraizamiento en polvo.
Si bien es una planta que resiste bien las plagas, hay una con la que necesitará un poco de ayuda: los pulgones. Estos son unos insectos diminutos, de apenas 0,5 cm de longitud verdes o marrones que se adhieren a los capullos florales para alimentarse de la savia que circula por ellos. Para evitarlos o combatirlos, se debe tratar la planta con Aceite de Neem o bien, si la plaga está muy extendida, con Clorpirifos.
No soporta el frío ni las heladas. Lo ideal es mantenerla en una zona donde la temperatura mínima se mantenga por encima de los 10ºC. En caso de vivir en una zona más fría, tendremos que protegerla colocándola dentro de un invernadero si se producen heladas suaves (hasta -2ºC) o bien meterla dentro de la vivienda en una habitación en la que entre mucha luz natural y no haya corrientes de aire.
El Adenium obesum al tener un ritmo de crecimiento tan lento es una planta que, a menudo, se trabaja como bonsái, algo que a los antiguos maestros bonsaístas no les gustaría demasiado, pues para ellos un bonsái es un árbol o arbusto leñoso que tiene las hojas pequeñas y un tronco leñoso.
Sus hojas están dispuestas en espiral, son ovaladas y simples, con una apreciable textura coriácea (de textura dura y brillante que se asemeja al cuero), miden, dependiendo del desarrollo de la planta entre 5 y 15 cm. de largo y entre 4 y 8 de ancho, con el nervio central muy visible. Son perennes, aunque se caen cuando la planta sufre de largos períodos de sequía; esta circunstancia se cree que es como medida de defensa. Estos intervalos de tiempo se denominan como reposo vegetativo.
Es, probablemente, la planta suculenta caudiciforme más popular, que produce unas flores en forma de trompeta de colores muy vivos y alegres; de una longitud de entre 2 y 5 cm. Generalmente, poseen cinco pétalos que, en su conjunto, le dan un aspecto de entre 4 y 6 cm. de diámetro. Su color más común es el rosa claro con un borde más oscuro, aunque hay una gran variedad de colores, pues podemos encontrar diferentes subespecies, aunque algunas, según la opinión de los expertos, pueden considerarse como especies propias. Su floración se produce, principalmente, en verano y otoño, aunque las plantas cultivadas pueden tener períodos de floración mucho más largos.
Sin embargo, su cultivo es complicado. Es muy sensible al exceso de agua y al frío, de modo que lograr mantenerla una temporada tras otra no es fácil.
Se distinguen seis subespecies:
- Adenium obesum subsp. boehmianum: originaria de Nambia y Angola.
- Adenium obesum subsp. obesum: originaria de Arabia.
- Adenium obesum subsp. oleifolium: originaria de Sudáfrica y Botsuana.
- Adenium obesum subsp. socotranum: originaria de Socotra.
- Adenium obesum subsp. somalense: originaria del este de África.
- Adenium obesum subsp. swazicum: originaria del este de Sudáfrica.
La planta cultivada de forma controlada en viveros o en interiores, poco o nada tiene que ver con la que se desarrolla en su hábitat natural, donde la escasez de agua forma parte de su día a día y crece de forma dispersa, mientras que en los viveros se cultivan de forma agrupada y controlada para poder disponer de plantas comerciales a lo largo de todo el año.
El sustrato debe ser turboso, aireado con perlita y con un ph sobre 6,5, ligeramente fertilizado, debe ser especial para evitar el encharcamiento, ya que la planta no requiere de mucha humedad, se debe alternar una ligera sequedad entre un riego y otro, por lo que, dependiendo de la zona, el riego puede espaciarse hasta un mes aproximadamente.
La zona de cultivo debe ser muy soleada y evitando las corrientes de aire. Cuando está en período de desarrollo, se le suelen hacer una o más podas con el fin de conseguir plantas más compactas y de aspecto arbustivo.
Si le tenemos puesto un plato debajo, le retiraremos el agua sobrante a los 15 minutos después de haber regado.
Durante la primavera y el verano debemos proporcionarle abonos minerales, como el Nitrofoska echando una cucharada pequeña cada 15 días, o bien con otros ya preparados para cactus y otras suculentas que encontraremos a la venta en los viveros y tiendas de jardinería. Si optamos por estos últimos, es conveniente seguir las indicaciones especificadas en el envase del producto.
Tenemos que cambiarla de maceta nada más comprarla -en primavera o verano- y de nuevo cada 2 o 3 años. Como su ritmo de crecimiento es lento, no será necesario que la trasplantemos muy a menudo.
Lo primero que haremos es preparar lo que será su nueva maceta. El Adenium es una planta cuyo sistema radicular es más bien pequeño, de modo que es aconsejable usar aquellos recipientes que son más anchos que altos.
Una vez la tengamos, la rellenamos con un poco menos de la mitad con el sustrato que se haya elegido.
Ahora, se extrae la planta de su ”viejo” tiesto con cuidado y la introduciremos en el nuevo.
Luego, comprobaremos cómo queda. La base del tronco ha de estar ligeramente por debajo del borde de la maceta, sólo lo suficiente para que el agua no se sobresalga al regarla. Si vemos que queda muy alta o muy baja, quitaremos o añadiremos sustrato.
Finalmente, terminaremos de rellenar la maceta y la regaremos al día siguiente.
Si queremos obtener nuevos ejemplares de Adenium mediante semillas, tendremos que adquirirlas en primavera o bien en verano. Enseguida que las tengamos, las deberemos de sembrar ya que su periodo de viabilidad es corto.
Lo primero que haremos será preparar el semillero, el cual puede ser bandeja de porexpan a la que le hayamos hecho algunos agujeros para el drenaje, o macetas.
Después, lo rellenaremos con vermiculita (es un mineral formado por silicatos de hierro o magnesio, del grupo de las micas. Su estructura es laminar conteniendo algo de agua. Se extrae sobre todo en los Estados Unidos, Brasil, Zimbabwe, China y Sudáfrica.
Se comercializa habitualmente en forma de cubos de color marrón. Es capaz de retener la humedad y los nutrientes de la planta. Puede contener potasio, calcio, magnesio y amonio necesarios para el cultivo de plantas. Es ligera, fácil de manejar y se mezcla bien con otros ingredientes, como, la turba, la fibra de coco, el humus de lombriz y la perlita), para semilleros y cultivo en macetas, que es un sustrato muy recomendado para semilleros al mantener el grado justo de humedad.
Ahora, colocaremos las semillas de forma que queden unos 2 o 3 cm separadas entre sí.
Luego, las cubriremos con un poco más de vermiculita y con la ayuda de un pulverizador humedeceremos bien el sustrato.
Finalmente, lo colocamos en el exterior a pleno sol, y vamos regando para que no se seque.
Germinarán en 10-15 días a una temperatura de 20-25ºC.
Durante el verano también se puede propagar por esquejes; hacerlo es fácil, tanto que sólo tendremos que seguir estos pasos:
Seleccionaremos un tallo que se vea fuerte y sano.
Luego, con una pequeña sierra de mano previamente desinfectada con alcohol, lo cortaremos.
Después, pondremos pasta cicatrizante en la herida de la planta a la que hemos quitado el tallo.
Ahora, tenemos que dejar que la herida del esqueje se seque durante 10 días poniéndolo en una zona protegida del sol y ventilada. Si tiene hojas, se las quitaremos.
Pasado ese tiempo, lo plantaremos en una maceta con sustrato arenoso y lo mantendremos ligeramente húmedo.
Para tener más probabilidades de éxito podemos impregnar la base del esqueje con hormonas de enraizamiento en polvo.
Si bien es una planta que resiste bien las plagas, hay una con la que necesitará un poco de ayuda: los pulgones. Estos son unos insectos diminutos, de apenas 0,5 cm de longitud verdes o marrones que se adhieren a los capullos florales para alimentarse de la savia que circula por ellos. Para evitarlos o combatirlos, se debe tratar la planta con Aceite de Neem o bien, si la plaga está muy extendida, con Clorpirifos.
No soporta el frío ni las heladas. Lo ideal es mantenerla en una zona donde la temperatura mínima se mantenga por encima de los 10ºC. En caso de vivir en una zona más fría, tendremos que protegerla colocándola dentro de un invernadero si se producen heladas suaves (hasta -2ºC) o bien meterla dentro de la vivienda en una habitación en la que entre mucha luz natural y no haya corrientes de aire.
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